Existe una creencia difundida en el sentido de que la innovación resulta de un destello de genialidad. En esta forma de ver nada más ansiado que el momento Eureka!
Muchos eventos de lluvia de ideas se organizan en empresas e instituciones públicas bajo la premisa de que generarán una abundante cantidad de Eurekas!
En estudios empíricos, uno tras otro, se ha podido determinar que la mayor parte de los esfuerzos de innovación fracasan por falta de la capacidad de hacerle un seguimiento apropiado a las buenas ideas. Por la ausencia de prácticas que conduzcan a la adopción de las buenas ideas. El eslabón débil en la cadena de innovación no está en la ausencia de buenas ideas, sino en la creación y adopción de prácticas que permitan llevar estas buenas ideas a la comunidad. La crisis de innovación está en nuestra capacidad para transformar una idea en una práctica por parte de una comunidad.
¿Talleres de ideación? Quizá si, pero ¿para qué? Las ideas quizá ya estaban todas ahí...